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El Teatro Universitario colombiano como objeto de estudio.

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Son días en que la universidad genera un espacio propio para el teatro y el teatro genera un espacio para la libertad.

Catalina Esquivel

 

 El Teatro Universitario (T.U.) Colombiano ha sido una herramienta de formación y transformación dentro y fuera de las universidades, ya que su carácter crítico se fue nutriendo cada vez más a partir de los años 60, trascendiendo los espacios universitarios para convertirse en espacios de interés público y popular, creando consigo festivales de Teatro Universitario en donde se compartían experiencias y también se formaba académicamente, tal movida cultural se centró en cuatro grandes ciudades como: Bogotá, Cali, Medellín y Manizales. Por lo tanto, el Teatro Universitario fue adquiriendo un papel muy importante dentro de las universidades.

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De este modo,  Álvaro Tirado Mejía  en su  libro “Los años sesenta: Una revolución en la cultura” (2014) hace un bosquejo de los acontecimientos políticos, sociales, económicos y de orden cultural que surgieron en la esfera global hacia la década del 60 y como tales acontecimientos se ven reflejados en Colombia. Siendo los sucesos culturales el punto central del libro, mostrando las diferentes vanguardias musicales, literarias, plásticas y teatrales de la época. Por lo tanto, el Teatro tuvo que ver con unos de los cambios más radicales en la cultura colombiana, ya que era la forma de mostrar y satirizar situaciones de la cotidianidad, teniendo una masa de asistentes considerable, “se amplió el repertorio, se llevaron a escena los autores más modernos, y se dio paso a la creación colectiva” (Pág. 300).  Este frente cultural tuvo grandes influencias de las diferentes ramas artísticas, ya que se integraban las muestras teatrales con música, y artes plásticas. Enrique Buenaventura es fiel ejemplo: “montó en Cali, Edipo rey, con escenografía de Enrique Grau y con máscaras del escultor Julio Abril, y la Orquesta Sinfónica Nacional interpretó la música que para la obra compuso Roberto Pineda Duque”. (Mejía, 2014, pág. 300). 

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Para entender el Teatro Universitario colombiano es importante resaltar que surge como respuesta a situaciones de orden internacional, las cuales afectaba y determinaban a la sociedad colombiana. Las revoluciones y guerras en diferentes latitudes del mundo influyeron a gran escala en estas agrupaciones universitarias “Aparece el teatro universitario. Un entusiasta y muy beligerante movimiento de izquierda que alcanzó a prácticamente todas las universidades del país y que tuvo la generosa ilusión de que el teatro podía contribuir a llevar claridad política a las “amplias masas populares” y con ello ayudarlas a su lucha por su liberación” (Gómez, 2011, pág. 84)  China, Vietnam, Francia y Cuba, estaban pasando por uno de sus momentos más importantes, revoluciones, movimientos y la guerra fría permearon la escena teatral universitaria a nivel nacional e internacional, “la corriente de Teatro Universitario se intensificó entre 1968 y 1971 como resultado del auge de teorías del mayo (68) francés y de la revolución cultural China” (Parra, 2015, pág. 62). 

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Como lo manifiesta Catalina Esquivel, y como mencionamos anteriormente esta corriente teatral era la respuesta al acontecer político y social del mundo “Cabe aclarar que la ola universitaria no era un tema exclusivamente colombiano. Por el contrario, estaba fuertemente influenciado por los movimientos universitarios que ya habían nacido en otras latitudes.” (Esquivel, 2014, pág. 32) Por tal razón, el teatro Universitario toma gran fuerza en Colombia y se fue extendiendo por gran de las universidades a nivel nacional.

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De este modo, es necesario mencionar que los aconteceres nacionales, también fueron determinantes para que el Teatro Universitario tomará mucha fuerza, ya que el ámbito político para la época estaba en convulsión, así lo describe Edgar Torres “En medio de un país con la política convulsionada gracias al Frente Nacional, los estudiantes jugaron un papel primordial en las labores de agitación cívica, en las manifestaciones masivas y en su carácter de detonante inmediato” (Torres, 1990, pág. 45). Esto repercute de gran manera en la forma como los estudiantes universitarios concebían el teatro, por lo tanto a este Teatro Universitario se le asigna la primera particularidad y es el carácter político. Así pues, el T. U. se caracterizó de gran manera por tener un sentido político-revolucionario el cual era pertinente para las discusiones dentro de las universidades y las diferentes posturas ideológicas que eran el centro de discusión y construcción artística, siendo el lugar propicio para formarse artística y políticamente. 

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De este modo, el Teatro Universitario era la excusa perfecta dentro de los estudiantes para  encontrarse, instruirse y debatir “Aquí el teatro juega un papel muy importante ya que se convierte en una actividad universitaria que participa en el doble juego del proceso de politización: por un lado iba adquiriendo el carácter político, por el otro, lo iba comunicando.” (Meneses Duarte, 2013, pág. 51)  De estos diálogos culturales surge la gran importancia que el teatro tomó desde los años 60 en las diferentes universidades del país, convirtiéndose en un escenario por excelencia no sólo para mostrar obras de arte, sino para debatir y pensar.  Añadido a esto, el Teatro Universitario se caracterizó por integrar en sus propuestas aspectos y visiones académicas que le daban solidez a lo que estaban comunicando y por ende un carácter más crítico de la situación que querían dan a conocer, “La obra de Teatro Universitario consistía- entonces, en representaciones de carácter político, para comunicar y denunciar problemas concretos y nacionales, también usaba trabajos de investigación sobre temas más complejos o dramaturgos que escribieron para realizar un teatro político” (Meneses Duarte, 2013, pág. 74).

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En este orden de ideas, se reconoce que el teatro adquiere un papel muy importante dentro de las universidades, ya que es en ellas donde residen diferentes posturas, formas, personas y concepciones,  alimentando así las discusiones teatrales de un modo preciso y particular  de comunicar, denunciar y debatir por medio de este gran arte. “los grupos universitarios de teatro deben llevar los problemas de la sociedad a la universidad, confrontándolos con las inquietudes y preocupaciones del estudiantado y, mediante la elaboración crítica y auto-crítica, crea espectáculos que expresen las contribuciones vivimos e impliquen la necesidad de una toma de posición frente a ellas” (Torres, 1990, pág. 33) Como ya se había mencionado, el carácter político del Teatro Universitario fue una de sus bases más sólidas, pues llevaban a los estudiantes a cuestionarse dentro de  diálogos de participación artística y social, trayendo a colación la cotidianidad e historia nacional, que afectaban a la sociedad “son días en que la universidad genera un espacio propio para el teatro y el teatro genera un espacio para la libertad. Pero la libertad en esos momentos tenía muchas connotaciones.” (Esquivel, 2014, pág. 30)

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De este modo, el Teatro Universitario tiene en sí su tinte político contrastado con matices de  ideas revolucionarias, posicionándolo en un alto nivel de participación dentro y fuera de las universidades, “la organización de las contradicciones de clase en el país y el ambiente revolucionario que recorre el mundo por esos años penetra en la conciencia de las juventudes universitarias que encuentran en el teatro un instrumento para manifestar su indignación y su protesta” (Gómez, 2011, pág. 84) Por esta razón, el Teatro Universitario colombiano se convirtió en un excelente vehículo para comunica, denuncia, advertir, cuestionar e indagar sobre aspectos que determinan a la sociedad Colombiana.

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Por consiguiente, Catalina Esquivel, manifiesta que el sentido político y el gran aporte que los estudiantes universitarios dan a la escena, es un gran paso para que se dialogara en diferentes contextos y con diferentes sectores de la sociedad históricamente excluidos “Sin duda este fue un periodo determinante, pues aunque el teatro universitario fue muy criticado a causa del esquematismo político y de su tendencia agitacional. Además su rechazo de las formas convencionales y la defensa de lo colectivo frente a lo personal y lo emocional, atrajeron a otros sectores que hasta entonces habían permanecido al margen de teatro, trabajadores, estudiantes y campesinos” (Esquivel, 2014, pág. 32) Todo esto parece afirmar que el Teatro Universitario permitió que las voces y los cuerpos de la cotidianidad aportasen a la construcción de una plataforma artística-social en Colombia.

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En vista de que los estudiantes universitarios tenían ese gran compromiso con los diálogos artísticos, teatrales y políticos, la formación de éstos se fue nutriendo cada vez más, por ejemplo, Consuelo Moure en su libro titulado ‘El Teatro Universitario Colombiano 1968 – 1975’  menciona aspectos que nutrían el carácter de los actores dentro de esta modalidad teatral:

“Contribuciones del teatro universitario.

  • Fue el primer movimiento escénico en Colombia que de manera colectiva, consiente y pluralista, buscó abordar críticamente aspectos vivos de la realidad nacional.

  • Fue el primero en colocar la escena y con aliento dignificador, personajes populares poniendo en primer plano la vida de obreros, campesinos o empleados colombianos.

  • El creador de trabajos colectivos y al ser el primer teorizador y realizador de espectáculos abiertos, flexibles, populares y con temáticas nacionales.

  • Fue el primero en abandonar las salas convencionales, oficiales o privadas (…) para dialogar teatralmente con el público popular.

  • En  los eventos de masa, manifestaciones asambleas o congresos, el Teatro Universitario, estaban en primera fila para expresar sus solidaridad o animar a los participantes, pero también anunciaban y denunciaba por medio del arte atropellos, explotaciones o violación de derechos.

  • El Teatro Universitario eliminó los jurados, los organizadores burócratas o las limitaciones de participación. Creó los foros con el público

  • Estableció seminarios abiertos y periódicos para teorizar sobre el arte teatral

(Moure, 1989, pág. 104)

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Estos puntos característicos se nutren también de las tesis del dramaturgo Martin Wiebel adoptadas para el Segundo Seminario Nacional de Teatro Universitario celebrado en la ciudad de Bucaramanga los días 8,9 y 10 de junio de 1970 como lo menciona Mayra Parra en su libro ‘¡A teatro camaradas! Dramaturgia militante…’, tesis que caracterizan el que hacer del artista universitario y su carácter social dentro de los montajes teatrales:

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Según Wiebel, el universitario se legitimaba como un tipo singular de teatro por las siguientes razones: 1. Estaba formado por estudiantes que hacían teatro y no por actores que estudiaban; 2. No era una actividad de especialistas de tiempo completo (eso no quiere decir que no es riguroso); 3. No corría riesgos financieros, característicos de los grupos independientes; 4.Tenían la posibilidad de adaptar obras bajo el aspecto de la crítica social; 5.No cultivaban el “seudovanguardismo” y 6. Se concebían como lugar de lucha ideológica y no una catapulta para actores ávidos de gloria (Parra, 2015, pág. 76)

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Como se evidencia, tanto Consuelo Moure, como las tesis de Wiebel sustraídas por Mayra Parra, el carácter del Teatro Universitario es el resultado de artistas y estudiantes que priman la crítica social antes que aspectos actorales, más aún en la época en la cual surge y toma fuerza. De este modo, esta modalidad teatral se desenvuelve dentro y fuera de los claustros universitarios.

No sólo el Teatro Universitario se ve influenciado por aconteceres e influencias políticas, sino también por personajes que son de gran relevancia para la escena teatral universitaria y la escena teatral colombiana como tal. El maestro Bertolt Brecht también es el punto de partida para entender el T.U. Eduardo Gómez dedica su libro a analizar de forma minuciosa la gran influencia que tuvo Brecht sobre el teatro colombiano, afirmando que “El Teatro Universitario no hubiera existido sin la influencia de Brecht” (Gómez, 2011) Este maestro, por su influencia política, fue bien recibido dentro de los establecimientos universitarios, tanto sus planteamientos teóricos, como sus diferentes obras enriquecidas de planteamientos críticos, cuadros teatrales de gran significación y la sencillez en la escenografía fue el gran aporte que Brecht le ofrece al Teatro Universitario y colombiano.

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Por otro lado, otras de las particularidades del Teatro Universitario, es su carácter social ya que este no sólo se quedaba dentro de los escenarios universitarios, sino que trasciende a espacios de participación abierta y diversa, formando al público e integrándolos a diálogos teatrales y culturales “El teatro Universitario es bastante particular especialmente por los objetivos que se propone se orienta hacia la formación del público de sectores que no sólo habían sido marginados del teatro, sino de la participación política general en el país tales como campesinos, obreros, estudiantes de segundaria, entre otros” (Aldana, 2008, pág. 15)

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A medida que el Teatro Universitario iba incidiendo en estos espacios, el teatro colombiano estaba teniendo la oportunidad de tener su sello único, el cual integraba la historia pasada y/o recientes acontecimientos que marcaron el rumbo del país, por lo general se centraba en problemáticas sociales, situaciones cotidianas y aspectos de la idiosincrasia, “El volver la mirada hacia los problemas del país aunque en muchos casos fueran de manera esquemática o simplista influyó sobre la mayor parte del movimiento teatral para adoptar una posición a favor de la búsqueda de la dramaturgia nacional, el encontrar el lenguaje propio con situaciones y personajes creíbles para presentar nuestros temas históricos y sociales sobre el escenario” (Reyes J. , 1996, pág. 4) Esto lleva a que el diálogo teatral fuese más nutrido y que dentro de las universidades se preocupasen realmente por la situación política, social, histórica y económica del país.

Para finales de los 60’s el Teatro Universitario está en su punto más alto, ya que tanto la creación de universidades para la época, como la creación de diferentes escenarios ayudaron a que se gestaran un sin número de grupos de teatro, pero esto no quería decir que la calidad escénica fuese la más óptima y mucho menos la calidad académica en las gestas universitarias, Así lo manifiesta Santiago García en su libro Teoría y práctica del Teatro,  “un gran auge del teatro universitario; en todas las universidades había teatro. Y también, en esos años 60, hubo la proliferación de universidades. Cualquiera podía fundar una universidad; dos personas reunían algunas pocas ideas, unos cuantos pesos, se conseguían un zaguán o un patio, y fundaban una universidad. (…) pero dentro de la cantidad había poca calidad.” (García, 1989, pág. 108)

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Acerca de los festivales, eran los lugares donde el arte, el teatro, los textos y los análisis profundos de estudiantes y directores se encuentra, para inicios de los 70 surge el Primer Festival de Teatro Universitario en la ciudad Bogotá, luego se fue extendiendo hasta llegar a la cuidad de Manizales, esta plataforma se fue convirtiendo a través de los años en un excelente lugar para dialogar artística y políticamente.  “El festival fue una de las actividades más importantes de Teatro Universitario porque permitió un contacto y una integración de los grupos de diferentes universidades del país. También fomentó un trabajo permanente de los grupos, buscando calidad y retroalimentación con sus compañeros y con los jurados que eran personas con recorrido artístico” (Meneses Duarte, 2013, pág. 45) junto a esto, los grupos de teatro asistentes a estos festivales fueron mejorando su calidad, convirtiéndose en escenarios de participación donde se miraban verdaderas obras de arte.

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Pero estos festivales en esencia se realizaron por parte de las directivas universitarias, ya que el carácter de las universidades no sólo estaba en impartir carreras y disciplinas, sino que dentro de su funcionamiento debía tener servicios y actividades dirigidas a toda la comunidad universitaria y aportar para que los individuos se formen integralmente, por tal razón el Bienestar Universitario la tarima para que los grupos de teatro existiesen y se sustentaran económicamente dentro de las universidades. “Siendo así el Bienestar Universitario la base para que los grupos de teatro en las universidades no solamente creen montajes constantemente, o simplemente tengan director/a orientando talleres y montajes, sino que sustentan económicamente la asistencia a festivales locales, zonales, y nacionales” (Meneses Duarte, 2013, pág. 41)

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En vista de que los estudiantes junto con sus directores hacían propuestas artísticas de carácter crítico y la gran ola que se extiende por todo el país, las mismas directivas universitarias que ayudaron económicamente a los grupos de teatro comenzaron a vetarlos

“El teatro universitario se va a desenvolver en medio de interminables discusiones políticas, haciendo eco de lo que sucedía en pleno contexto internacional en plena guerra fría. Esto, junto con la persecución de las autoridades que promovieron la expulsión de la mayoría de los directores que trabajaban con grupos universitarios, va a llevar a su desaparición. De esta forma se reevaluó el verdadero apoyo que debían prestar las universidades para la creación artística pues sus mismas autoridades empezaron a vetar varios grupos y obras” (Aldana, 2008, pág. 16)

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 Como resultado el Teatro Universitario, al estar vetado dentro de las universidades se dirige a lugares donde fue acogido con gran cariño y admiración, trascendiendo a nuevas formas de concebir y hacer teatro en Colombia “A pesar de los intentos del estado por mantener en su cauce el movimiento teatral, este busca la independencia de los caracteres estatales y se alimentaba más con las organizaciones de izquierda” (Parra, 2015, pág. 68) Por ejemplo, el grupo de teatro El Búho de la Universidad Nacional es el fiel reflejo de la transición de ser un grupo de Teatro Universitario y convertirse en un grupo de teatro independiente acariciado por ideas revolucionarias hasta convertirse en el ahora respetado el grupo de teatro La Candelaria en Bogotá.

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En este punto hay una ruptura en la historia del teatro colombiano, ya que el declive del Teatro Universitario surge como una nueva oportunidad de teatro independiente, el Nuevo Teatro. Pero, ¿Es pertinente después de casi cuarenta décadas hablar de Teatro Universitario en la Universidad de Cundinamarca?, bueno, esta pregunta es la que alienta a identificar que en la Universidad de Cundinamarca,  y aunque no se mantienen muchas de las características,  se podría decir osadamente que el Teatro Universitario no se ha apagado en su totalidad, que esa pequeña llama ha alentado a que diferentes grupos sigan haciendo teatro con una perspectiva política y social, en donde la importancia de la puesta en escena y la propuesta dramática está balanceada con el trasfondo de lo que se quiere contar y como se decide contar.

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Por lo tanto, vamos a identificar diferentes particulares que aún se mantienen. Con el propósito de que el Repositorio Digital integre en sí las experiencias de estos grupos resaltando estas particularidades y resignificando el importante rol que tiene el Teatro dentro de la Universidad.  Como se mencionaba líneas atrás, las características que nos comparte Consuelo Moure, como Mayra Parra citando a Wiebel, es necesario mencionar que en esencia el Teatro Universitario aún es nutrido por estudiantes que hacen teatro y no por actores que estudian, el propósito de este énfasis es porque aunque el teatro dentro de la universidad se convierte en  una plataforma artística, son estudiante de diferentes carreras que entran a hacer parte de los grupos de teatro y aunque no es tan riguroso, los debates dentro de los encuentros y ensayos forman estudiantes con una postura más consiente de la realidad y junto a esto, se adquiere una sensibilidad artística más notoria, demostrándolo así en las puestas en escena.

Junto a esto, la costumbre de hacer festivales y asistir a estos, se ha mantenido, con altos y bajos pero con la convicción de que dentro de estos espacios confluyen discusiones académicas, artísticas y políticas.

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Por otra parte, en últimos cuatro años la Universidad de Cundinamarca y sus estudiantes rescataron el FUT Festival Udecino de Teatro, el cual es el epicentro de todas estas discusiones y énfasis que se han mencionado a lo largo de estas líneas, siendo un espacio de participación de los diferentes grupos que tiene la universidad y adicional a esto, las universidades y grupos que son invitados a este festival, adquiriendo  una excelente posición  y trascendiendo a diferentes escenarios de participación artística.

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En este sentido, vamos a recoger algunas perspectivas de los estudiantes de la Universidad de Cundinamarca que han hecho parte de los grupos de teatro Semillas de la UdeC  y Teatro Elemental en cuanto a su visión del papel del Teatro Universitario , comenzamos con la perspectiva de David Gallego “Hacer sonreír y hacer pensar, pienso que durante un largo tiempo el teatro universitario se ha enfocado en el pensamiento crítico desde la coyuntura nacional, pero...no podemos olvidar a la gente de a pie...esa gente que por las disposiciones de la vida, solo quiere o necesita sonreír, para poder comenzar un nuevo día en una jornada laboral o terminar de buena manera un día que sería mejor olvidar. ¡En el arte teatral, la crítica debe estar acompañada de la empatía!” (Gallego, 2018) En cambio, Reynel Aguilar, considera que  “El papel del teatro universitario debe estar enfocado a principios sociales que transformen, ya sea que transforme a quienes están en escena como a quienes están fuera de ella, pues si el teatro no tiene contenido de trasfondo rápidamente será olvidado, por tanto el teatro universitario debe tener un matiz social, académico, de impacto y siempre buscar ampliar su público y su grupo.”

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Por otro lado, Daniel Triviño enfatiza en los contenidos que se departen a través de las puestas en escena  y la condición casi que natural de éste “El teatro Universitario no puede limitarse a la representación clásica. No porque esta no sea importante, pero el epicentro de este tipo de teatro son las plazas públicas de las universidades, son las aulas, los escenarios académicos y culturales. Debe permitirse ser un teatro crítico, estético, poético y sobre todo político. Pues al final somos jóvenes con la intención de comunicar (...) El teatro va mucho más allá, sobre todo si es universitario, es un teatro político, crítico, panfletario que moviliza y concientiza colectivos. Por lo menos eso fue lo que vivimos en el Teatro Elemental.” (Triviño, 2018) Esta postura que Daniel manifiesta es el compilado de todo lo anteriormente expuesto y debatido, aunque han pasado ya barias décadas, aún quedan vestigios de lo esencial del Teatro Universitario y su propósito dentro de la sociedad y las mentes de los estudiantes.

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Camila Bermúdez, en breves líneas da el valor que el Teatro Universitario tiene “Es una catarsis para quien lo ejerce y una herramienta didáctica para quien lo presencia, pues el teatro universitario denuncia, crítica y cuestiona” (Bermúdez, 2018 ) Por lo cual el teatro sirve como herramienta crítica y de debate en la sociedad, bien sea actor o espectador  “como actora, actor o espectador todos tenemos el deber de que el teatro se conozca como herramienta crítica y necesaria de construcción cultural, pedagógica y social iniciando desde el teatro universitario como centros de gestación teatral como expresión de apoyo, protesta y crecimiento social.” (María Fernanda, 2018 ) Con estas perspectivas podemos dar la primera conclusión y es que los estudiantes que ha hecho parte de estos estos grupos aún mantienen esa pequeña llama del teatro Universitario colombiano encendida, poniendo sus cuerpos y sus emociones para transmitir, evocar y denunciar. Con esto que compartimos anteriormente nos damos cuenta que los rasgos más sólidos como son las posturas crítica y política del Teatro Universitario, y que a pesar de los años y las generaciones aún se manifiestan.

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Dentro de los debates  más evidentes que han  habido en los grupos de teatro a lo largo de los años, se han centrado en aspectos políticos y sociales que han configurado la historia y la sociedad colombiana, siendo los cuerpos trincheras, las ideas armas y la voz denuncia de estos montajes escénicos resignificando la lucha de hombres y mujeres que han dado hasta sus vidas por un país que está condenado a olvidar, ya que el contexto político de los últimos diez años ha estado impregnado por el horror de la guerra, la desaparición y la resiliencia de pueblos enteros que se rehúsan bajo cualquier circunstancia a perder la esperanza. Colombia, es el resultado de dos largos periodos de gobierno entre Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, dos procesos de paz entre las AUC (paramilitares y FARC-EP (guerrilleros) respectivamente en donde el conflicto interno se agudizó, la persecución y asesinato de líderes sociales ha sido el pan de cada día, miles de campesinos andariegos resultado del despojo de sus tierras, una nueva generación que busca y quiere la paz, que no puede permitir más el olvido. 

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Aunque han pasado ya varias décadas, el teatro en la Universidad de Cundinamarca se ha caracterizado por tener dentro de sus puestas en escena el carácter crítico y político que seguramente tenían los grupos de teatro en la década del 60, eso sí, con variados debates que ha surgido en la actualidad, entre esos, la pertinencia y la importancia de la memoria con los recientes  montajes como La Falda de Emilia y Colombia Macheteada, junto a esto uno de los acontecimientos históricos de gran importancia con Pueblo Indolente, diferentes perspectivas de la violencia con Los Papeles del Infierno de Enrique Buenaventura, la fuerte crítica que se hace a los transgénicos con El Rey Generoso, Blondinette y cuestiones como el racismo,  son temas que en los últimos años han sido base dentro del teatro que se hace en la Universidad de Cundinamarca. Todo esto parece confirmar que aunque las épocas son diferentes, los estudiantes y la forma de hacer teatro dentro de la universidad aún mantienen algunas características propias del Teatro Universitario Colombiano, con un punto adicional y es que como se mencionaba anteriormente, la memoria se ha convertido en un tema de discusión dentro de los espacios de participación académica y artística en los últimos años, donde el teatro no ha sido ajeno a estas discusiones, de este modo vamos a dar paso al análisis que nos va a dar un espectro más claro sobre las relaciones entre arte, teatro y memoria.  Esto, con el propósito de que tal Repositorio Digital esté sustentado a partir de la pertenencia de las discusiones alrededor del Teatro Universitario y la memoria como punto de análisis.

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