Éste relato dramático no especifica un espacio temporal determinado, aunque hay que recordar que este compilado de obras fueron escritas con un común denominador, la Violencia en Colombia, la cual se enmarca en la segunda mitad del siglo XX, reflejo del conflicto armado interno que el país ha experimentado.  Por consiguiente, el cuadro teatral refleja a partir de los recuerdos de una difunta, los diferentes tipos de violencia que experimentó ella y su padre a manos de un sargento. En cuanto al espacio físico, La Esperanza es un pequeño pueblo imaginario, pero con un simbolismo de los tantos pueblos que tiene Colombia, integrando características específicas como el color de la tierra, el clima, la forma de las casas, el olor a pasto. 

La maestra, se encuentra en su propio entierro, es un diálogo indirecto entre sus recuerdos y sus familiares. Está sentada y comienza a relatar el diario vivir en su pueblo, luego llegan sus familiares y le reprochan el por qué no quiso vivir más, ella en medio de su tristeza cuenta cuando llegó el sargento y sus subalternos a tomar el orden del pueblo, torturando a su padre por ser fundador y corregidor de ese mágico lugar, luego lo matan y proceden a violar a la maestra, desde ese día ella decide no vivir más y a los pocos días de un ayuno ella muere.  El montaje  cuenta con siete personajes La maestra, Juana Pasambú, Pedro Pasambú, Tobías el tuerto, La vieja Asunción, Sargento, el viejo (padre de La maestra). Sin lugar a dudas esta ha sido una de las obras representativas del grupo de teatro Semillas de la UdeC dirigida por la maestra Martha Nury Martínez  a lo largo de los años, ya que diferentes personas y generaciones que han pasado por el grupo han hecho la representación de estos montajes, obteniendo así variadas versiones que vuelven aún más interesante este montaje.