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el regreso de vicente.

Mientras que cantan el alabao comienzan a aparecer en el escenario un cardumen personas que representa un pueblo con velas es sus manos, amanece y Vicente es invitado a compartir con la gente del pueblo, pues están en la conmemoración de la reconstrucción de su pueblo, puesto que años atrás llegaron los paramilitares matando a gran parte de sus habitantes, quemando sus casas y desplazando al resto de personas, ese es el momento de cocinar y compartir. En este cuadro se quiso integrar una práctica de resiliencia, perdón y no repetición que ha sido insignia de las víctimas del conflicto en Colombia llamado el Costurero de la Memoria, en donde se conoce la verdad por medio del arte de cocer, también se perdona y lo más importante no se olvida los hechos por los cuales estas personas decidieron plasmar sus historias. La costura que se muestra en esta obra es el antes y después del pueblo, los sueños que aún persisten y la resiliencia de sus habitantes, este es el reflejo de muchos pueblos colombianos que su única salida ha sido resistir y sanar.  Vicente se va del pueblo y se dirige a su casa, en ese transcurso aparece el cuerpo colectivo y entona una de los bambucos más emblemáticos de la cultura popular colombiana escrito por el maestro Efraín Orozco, El Regreso; mientras se escucha esta canción, en el proscenio se ve el reencuentro de Vicente con su hermana y posteriormente con su padre, que es invidente reconociéndolo cuando palpa su rostro, diciendo: “Vicente mijo, volvió” (Creación colectiva g. d., 2017) ahí se cierra el telón y termina la obra. 


Esta obra circuló por diferentes espacios, entre esos el Festival de Teatro ASCUN nodo centro- occidente, en la ciudad de Florencia Caquetá realizado en la Universidad de la Amazonía organizado por ASCUN y Bienestar Universitario los días 30, 31 y primero de septiembre de 2017, con el apoyo logístico de la Fundación para las artes Rodrigo Morales y la Secretaría de desarrollo Social, se hizo un recorrido por algunos barrios y veredas del municipio de Fusagasugá: Comuneros, Barrios unidos, Centro (plaza mayor), Hogar San José Saramita y las veredas Guavio alto y Cucharal. Con esta itinerancia se hicieron (6) funciones, llevando el mensaje de paz y reconciliación que tiene impregnado este montaje. En los meses de octubre y noviembre de 2017.  Y finalmente  en el Festival Udecino de Teatro FUT  el día 26 de noviembre. Aunque esta obra duró pocos meses de circulación y no cumplió con muchas expectativas que se tenían previstas, entre esas la propuesta estética, fue un ejercicio importante de indagación por los caminos del arte como herramienta de resiliencia y aprendizaje de nuevas formas de representación escénica por medio de la música.
De este modo, damos fin a la primera parte del segundo capítulo, no sin antes resaltar el papel que las demás artes han tenido sobre estos montajes haciendo del teatro un espacio para la expresión, la reflexión y la resignificación del arte. 
Así pues,  el rol que ejercen estas obras en la construcción del repositorio digital importante, ya que éstas serán la Columna vertebral en el ítem de archivos fotográficos y archivos audiovisuales, destacando así el papel del arte y el teatro en la sociedad universitaria y el impacto que tiene sobre la sociedad civil en un país como Colombia. 

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